El país se convirtió en la madrugada de este sábado en el primero que abandona la UE y lo hizo tras un tumultuoso proceso de "divorcio" de más de tres años
El primer ministro británico, Boris Johnson, en un mensaje televisado señaló que "lo más importante que hay que decir es que esto no es un final, sino un comienzo".
"Queremos que sea el inicio de una nueva era de cooperación amistosa entre la Unión Europea y un energético Reino Unido", agregó.
El discurso fue transmitido en la televisión a nivel nacional y en pantallas en el centro de Londres, donde cientos de personas se congregaron para celebrar la salida de la UE.
"Creo que vamos a tener un gran futuro, libre. Vamos a poder crear nuestras propias reglas, nuestras propias regulaciones, es brillante. Hay un futuro brillante por delante", opinó en Birmingham el exparlamentario Bill Etheridge.
Opositores al Brexit también se congregaron en vigilias en diversas ciudades de Reino Unido.
Susie Courtault, en Hove (sur de Inglaterra), lamentó que Reino Unido diera este paso: "Ha sido un día muy triste para todos aquellos que hemos estado luchando durante los últimos tres años para evitar que el Reino Unido abandone la UE".
En tanto, la bandera británica fue retirada de las diferentes sedes de las instituciones europeas.
En primer lugar, que los británicos ya no estarán representado en instituciones europeas.
Y segundo que comenzó un periodo de transición clave para saber cómo será la futura relación entre británicos y europeos.
Durante el periodo de transición, Reino Unido seguirá acatando las normas de la UE y contribuyendo a su presupuesto.
De hecho, permanece en la unión aduanera y en el mercado único, pero queda fuera de las instituciones políticas y del Parlamento.
Se aproximan una serie de fechas importantes en el calendario de este complejo proceso que se puso en marcha hace tres años y medio con el referendo sobre la salida de Reino Unido de la UE en el que votó "Sí" un 52%.
La más importante, seguramente, es el 31 de diciembre de 2020, cuando termina la transición. El primer ministro Johnson se comprometió a no extender la fecha.
Pero no es la única.
¿Cómo abordará Reino Unido los desafíos a los que se enfrenta ahora?
En el periodo de transición se trabajará para negociar un acuerdo comercial que se antoja una de las cuestiones más urgentes que el gobierno británico post-Brexit debe resolver.
El gobierno británico quiere que sus bienes y servicios tengan el mayor acceso posible al bloque europeo, pero dejó claro que abandonará la unión aduanera y el mercado único, y que deberá poner fin a la jurisdicción general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
El tiempo apremia. Londres y los 27 miembros de la UE deben llegar a un acuerdo.
Las conversaciones formales solo pueden iniciarse en marzo de 2020.
Un acuerdo de libre comercio permitiría que los bienes británicos circulen por la UE sin chequeos o cargos adicionales.
Si no negocia y ratifica un nuevo acuerdo a tiempo (para finales de año), Reino Unido se enfrentará a la posibilidad de que le impongan aranceles sobre sus exportaciones a la UE.
Johnson argumentó que, dado que Reino Unido está completamente alineado con las normas europeas, la negociación no debería tener muchas complicaciones.
Sin embargo, sus críticos señalan que su deseo de tener la libertad de divergir de las reglas europeas para poder establecer acuerdos con otros países como Estados Unidos podría dificultar las negociaciones.
También hay que tener en cuenta que el "divorcio" de la UE le cuesta dinero a Reino Unido, aunque el (repetido) retraso del Brexit redujo la cantidad, pues ya se abonó una parte en contribuciones habituales.
Según investigaciones del equipo Reality Check de la BBC —con datos de la Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria de Reino Unido— la "factura" de ese divorcio asciende a unosUS$39.000 millones.
La mayor parte se pagará en 2022, aunque habrá pagos menores hasta la década de 2060.
Con ese dinero, Reino Unido contribuirá al presupuesto de la UE para 2020 y también a compromisos que asumió cuando aún era miembro del bloque
Pero no se trata solo de llegar a un acuerdo comercial o de pagar una factura de "divorcio".
Reino Unido también deberá gestionar acuerdos en una serie de áreas en las que se requiere cooperación:
uno de los retos principales de la etapa de transición del Brexit es acordar cuán intensas serán esas negociaciones y qué sectores se priorizarán.
También señaló que es posible que no se lleguen a acuerdos en algunas áreas antes de que finalice el periodo de transición.
Boris Johnson insistió en que ese periodo de transición no se extenderá, aunque la Comisión Europea advirtió que el cronograma del Brexit es muy exigente.
Entre otras cosas, el gobierno británico debe acordar cómo va a cooperar con la Unión Europea en materia de aplicación de leyes y de seguridad
El país abandonará la orden europea de detención y entrega, un procedimiento judicial simplificado y transfronterizo que facilita procesos judiciales entre miembros de la UE.
"Las órdenes de detención europeas emitidas por las autoridades judiciales de cualquier país de la UE son válidas en todo el territorio de la Unión Europea", explica el Portal Europeo de Justicia.
Esa ley deberá ser reemplazada por una orden internacional.
Varios miembros del Parlamento europeo dijeron que están"gravemente preocupados" respecto a los aspectos del plan de gobierno británico relativos a proteger los derechos de ciudadanos europeos en Reino Unido tras el Brexit (y viceversa).
Algunos ciudadanos comparten esa inquietud.
"Me preocupa que el entorno sea algo menos hospitalario no solo para nosotros, los ciudadanos europeos, sino también para los británicos", le dijo a la BBC un joven llamado Guillermo, quien tiene pasaporte español pero nació (y vive) en Reino Unido.
"Creo que aquí preocupa mucho que esto [el periodo de transición del Brexit] no sea el final de un proceso, sino el comienzo de un nuevo capítulo", así como los "efectos de la vida real que la gente ve y siente".
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