¿Qué es Síndrome disejecutivo y cómo afecta a la empresa?

​Las empresas deben incluir actividades que permitan el desarrollo profesional de sus ejecutivos
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Síndrome disejecutivo y cómo afecta a la empresa



Sin darnos cuenta, cada día nuestro cerebro realiza una cantidad asombrosa de trabajo con información que recolecta, ordena y utiliza para el siguiente paso. Sin embargo, algunas personas presentan dificultades en actividades cognitivas que consideramos sencillas. Aquí conocerás qué es el síndrome frontal disejecutivo y cómo afecta tus decisiones o las de tu empresa.


El cerebro ejecutivo


El cerebro humano posee elementos evolutivos que nos han permitido llegar hasta aquí. A diferencia de los demás mamíferos, poseemos una estructura de autorregulación que nos acerca a la consciencia de nuestra propia existencia. Esa estructura se llama corteza prefrontal.


La corteza prefrontal, cuya región podemos identificarla si ponemos nuestra mano completa en la frente, está conformada por varias regiones, de las cuales podemos diferenciar las dos más importantes:


Corteza prefrontral ventromedial: ubicada en el entrecejo, es la región que conecta con los sistemas emocionales y que permite la socialización, la empatía y la autorregulación emocional.


Corteza prefrontal dorsolateral: ubicada en la parte alta de la frente, es la región que compila información que facilita la planificación, proyección, solución de problemas y el que permite el aprendizaje.


Es importante resaltar que la corteza prefrontal no está madura en el ser humano hasta que alcanzamos los 18 a 25 años, lo cual se hace evidente durante la adolescencia, donde con frecuencia vemos adolescentes que parecen no ver las consecuencias de sus actos.


El ejecutivo funcional


La corteza frontal dorsolateral (CPD) requiere de una regulación emocional saludable para que ésta se pueda ejecutar correctamente. De aquí proviene la importancia de desarrollar una inteligencia emocional, que no se base en la represión emocional, sino en la correcta gestión de los eventos emocionales que ocurren en nuestro mundo interno.


Una vez que nos sentimos emocionalmente seguros y ante retos que nos motiven, podemos usar de nuestra capacidad analítica y pensamiento abstracto. Para potenciar esto, requerimos lo que la arquitecta María Chávez Pérez Banuet denomina entornos laborales de productividad ejecutiva, que se basan en espacios de poco ruido, luz adecuada y techos altos.


Hasta hace poco, creíamos que estar estresados nos permitía mantenernos productivos. Sin embargo, el estrés sano tiene sus límites y las empresas deben aprender a prevenir el distrés (o estrés malo) en sus ejecutivos, ya que afecta en el rendimiento analítico a nivel cerebral.


Síndrome disejecutivo


La función disejecutiva


Cuando una persona presenta daños a nivel del CPD, las conexiones nerviosas de esa región dejan de funcionar correctamente, afectando la forma como el individuo afronta situaciones cotidianas a nivel laboral y personal.


La primera señal que se puede identificar es la falta de flexibilidad y adaptación a nuevas situaciones, ya que carece de autorregulación por la existencia de variables no vistas antes. Es común además observar comportamientos obsesivos e incluso paranoides.


Además de lo anterior, estaríamos observando a una persona que tiene problemas en el establecimiento de metas, una incapacidad de consecución de éstas y organización de ideas que le lleven a definir lo que realmente desea a futuro. Procesar, ordenar y reordenar la información con la que cuenta se convierte en una actividad abrumadora.


Las lesiones de la CPD no siempre son de carácter físico, ya que se puede dar por la exposición a entornos que sobrepasen su capacidad de gestión emocional, desbordando los procesos de neuroplasticidad y adaptación con los que cuenta el cerebro. Se cuenta entre ellos además otros factores como tumores que compriman el cráneo, accidentes cardiovasculares y enfermedades neurodegenerativas.


Prevención y tratamiento del Síndrome disejecutivo


El cuidado del cerebro es fundamental para la creación de reserva cognitiva, que son los recursos con los que cuenta un cerebro sano para hacer frente a los desgastes naturales o traumatismos que se le presente. Entre los elementos más resaltantes está el consumo de nutrientes como el Omega, hacer pausas frecuentes durante el día, realizar actividad física e inducir sistemas de autorregulación emocional como el mindfulness o la meditación.


El Síndrome disejecutivo no presenta un tratamiento curativo, pero se pueden recuperar algunas funciones mediante un abordaje multidisciplinar que incluya terapias de adecuada estimulación cognitiva y tratamiento farmacológico que ayude a gestionar la ansiedad, paranoia e incluso la depresión.


Las empresas conscientes del valor de su capital humano, deben incluir en sus normas de productividad, actividades que no sólo potencien los resultados, sino que permitan el desarrollo profesional sostenible de sus ejecutivos, empleados y obreros. Por ello es fundamental incorporar planes de bienestar que se ajusten a los aspectos que deben ser atendidos en cada nivel de la estructura empresarial .


Colaboracion de:

 Joselyn Quintero

Especialista en Neurofinanzas

http://www.joselynquintero.com

https://www.linkedin.com/in/joselynquintero

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