La neurociencia de la productividad en equipos virtuales

El mundo conoció los beneficios de quienes trabajamos a distancia desde mucho antes de la pandemia
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Joselyn quintero neurociencias



Desde los inicios del siglo XXI ya se venía experimentando algunos cambios en la forma de trabajar a distancia, liderado por el movimiento de nómadas digitales. Luego de la pandemia, este modelo de producción tuvo una expansión repentina, y aquellas empresas que jamás imaginaron que podían tener empleados a distancia, lo tuvieron en menos de seis meses. ¿Somos igualmente productivos a distancia que en sitio? En esta oportunidad vamos a profundizar acerca de los esquemas de productividad a distancia y cómo afecta la integración de los equipos.


El mundo conoció los beneficios de quienes trabajamos a distancia desde mucho antes de la pandemia: el nivel de balance entre vida y trabajo mejora considerablemente cuando trabajamos desde casa. Desde levantarnos más tarde, vestirnos más relajados y tomar pequeños descansos en nuestra propia cama, todos estos elementos contribuyen a sentirnos más a gusto y dispuestos para trabajar.


El precio del trabajo a distancia


Pero, a pesar de todos esos elementos de comodidad, existen elementos sociales que influyen en la forma como interactuamos con el mundo, especialmente en el aspecto laboral. Para muchas personas es importante separar físicamente los espacios personales de los productivos, ya sea porque su espacio personal no cuenta con los elementos emocionales para sentirse a gusto, o porque sus esquemas de trabajo implican la interacción constante con su equipo de trabajo.


Cuando se trata de la conexión mediante plataformas de comunicación en línea mediadas por video (VMOCPs en inglés), el nivel de integración y conexión lograda sea menor a la conexión física. Un estudio publicado en la revista NeuroImage evidenció que la sincronización inter-cerebral se atenúa cuando la comunicación es virtual. ¿La razón? Una de las principales es que la comunicación humana se basa en la conexión visual mutua, algo que no es posible lograrlo a través de las pantallas, ya que la cámara está en un punto diferente de donde está el rostro del interlocutor. 


Las nuevas reglas de la productividad


Para hacer frente a un mundo más líquido en términos productivos, donde la movilidad es clave y los equipos de trabajo funcionan a distancia, es necesario desarrollar nuevas reglas que nos permitan operar efectivamente. Veamos algunas de ellas:


1.     Enfoque de resultados y no de tareas: de la industrialización aprendimos que la estandarización de tareas supervisadas garantizaba la calidad del producto. En la era digital el enfoque va hacia el resultado, y aunque existen métodos y procedimientos, cada persona siempre encontrará mejores formas de realizar lo que se le pide.


2.     Enfoque en liderazgo y no en supervisión: existe una premisa que dice “el ojo del dueño engorda el ganado” que ha influido sobre la forma como se supervisan a los empleados en los últimos 300 años. Este método, que es producto de los sistemas de esclavitud del pasado, hoy se sabe que son fuente de distrés. El liderazgo hoy debe ser una relación entre iguales que confían entre sí, para lograr un resultado específico.


3.     Enfoque en redarquía y no en jerarquía: Durante siglos hemos aprendido a convivir en sistemas jerárquicos donde unos imponen y otros obedecen. Los equipos de trabajo a distancia reconocen el liderazgo, pero la distancia les permite verse a sí mismos como individuos integrantes de una red de conocimiento y trabajo, conocidos como redarquía. 


En redarquía estamos a niveles de colaboración entre iguales, y esta imagen es positiva cuando se trata de empoderar al empleado para que sea más proactivo.


La neurociencia de las buenas reuniones virtuales


Al estar de frente a una realidad productiva que llegó para quedarse, lo fundamental es plantearnos cómo debemos gestionar los equipos para que éstos sigan siendo productivos en un entorno nuevo. Para resolver las reuniones virtuales, que son uno de los puntos más álgidos en la productividad remota, el CEO de Neuroleadership Institute, David Rock nos recomienda:


1.     Conoce a las personas más allá de su nombre y función: es importante incentivar la conversación fluida y auténtica entre todos los integrantes de la reunión.


2.     Define una agenda clara y apégate a ella: es clave comprender de antemano el propósito de la reunión y su duración, para crear límites y certezas del encuentro. Igualmente pregunte de antemano si alguien desea agregar algo más a la agenda.


3.     Reflexiona, prueba, comparte: al momento de plantear una pregunta, es importante ofrecer a cada persona un tiempo específico para compartir. De esta manera el derecho a la palabra será uniforme entre el equipo y todos se sentirán parte de ello.


4.     Recuerda el propósito de la reunión: cuando nos encontramos físicamente solos, tendemos a sentirnos aislados y creer que resolver todo solos será mucho mejor. Fomenta un entorno colaborativo y apuesta a las buenas ideas del grupo.


Desde los inicios de la administración científica hemos estado en búsqueda de formas que permitan a los equipos de trabajo ser productivos, pero ante la nueva realidad de la era digital y el desarrollo de la neurociencia, es hora de actualizar nuestras creencias alrededor de lo que incluso significa la palabra producir, para convertir retos en oportunidades en beneficio de todos.


Colaboracion de:

 Joselyn Quintero

Especialista en Neurofinanzas

http://www.joselynquintero.com

https://www.linkedin.com/in/joselynquintero

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