¿Por Qué Fracasan las Empresas?

El tema que hoy nos ocupa, es muy amplio, interesante y polémico. Mientras que algunos empresarios, directores generales y altos directivos de empresas grandes y Pymes, al producto de la venta obligada de la totalidad de las acciones o activos importantes de algunas de sus subsidiarias o de sus sociedades tenedoras que han tenido flujos de efectivo negativos y/o fuertes perdidas netas por años le llaman “redefinición al rumbo estratégico de sus negocios”; el mercado, la competencia, ciertos Terceros Interesados clave y la prensa especializada, le denominan que fue un fracaso la gestión de la empresa en particular. También tenemos fracasos de empresas cuando se cierra alguna unidad operativa relevante nueva con 18 a 24 meses de operación con resultados negativos, o bien, la sociedad entra en concurso mercantil, etc.

Muchas veces uno piensa que las empresas tendrán una vida continua, que no desaparecerán, no experimentarán un fuerte decrecimiento en su volumen de operaciones, no fracasarán, no serán vendidas o no serán absorbidas por entidades más eficientes, incluso por algún competidor. El riesgo de fracasar en la gestión empresarial por parte de los Consejos de Administración y/o de sus Directores Generales siempre está latente, por lo cual ambos deben tener siempre presente el Principio Básico 2 de Gobierno Corporativo del Código de Principios y Mejores Prácticas Corporativas (CPMPGC) “La generación de valor económico y social, así como la consideración de los terceros interesados en el buen desempeño, la estabilidad y la permanencia en el tiempo de la sociedad”.

A continuación, se proponen algunas de las principales causas por las cuales una empresa grande o Pyme, ya sea sociedad tenedora o subsidiaria puede fracasar, resumiéndose en cinco grandes causales: deficiente gobierno corporativo, falta de actualización y de innovación a lo que el mercado demanda, deficiente administración de riesgos, falta de planeación y control formal en sus operaciones y carencia en la definición del rumbo estratégico. 

Resulta conveniente enfatizar que estas 42 causas no se presentan en forma aislada, sino que siempre ocurren de manera simultánea unas con otras, amén de que afectan no solo a los accionistas, sino también a los denominados Terceros Interesados:

El Gobierno Federal, estatal(es), municipal(es), los empleados y trabajadores, el SAT, clientes, proveedores, instituciones financieras y en general a la economía del país.

1.      Por la falta de visión de negocios de los empresarios, consejeros patrimoniales e independientes y por no saber definir el rumbo estratégico de la sociedad a cargo del Consejo de Administración.

2.      Por falta de un eficiente sistema de gobierno corporativo integral que cubra todos los puntos relativos a la Asamblea de Accionistas (incluyendo la protección a accionistas minoritarios), Consejo de Administración y demás órganos intermedios que de él emanan que se encarguen de las funciones de Auditoría, Evaluación y Compensación, Finanzas y Planeación y de Riesgos y Cumplimiento recomendadas por el CPMPGC.

3.      Por la designación de consejeros independientes que no realizan con responsabilidad e independencia sus funciones y que están subordinados a los intereses, fuerte influencia de algun(os) accionista(s) relevante, de la dirección general o de ciertos funcionarios de alto nivel, impidiendo evaluar correctamente la visión estratégica de la empresa, vigilar la operación y aprobar adecuadamente la gestión de la dirección general, lo cual pone en riesgo la permanencia en el tiempo de la sociedad.

4.      Por la falta de cuestionamiento de los consejeros patrimoniales e independientes al presidente de la asamblea y del consejo de administración y al director general de la empresa sobre los resultados negativos recurrentes y las malas prácticas de negocio que por años atrás se perfilaban a hacer fracasar, cambiar de giro de negocios, e incluso a desaparecer a la empresa. Recuerdese, por ejemplo, el caso de Mexicana de Aviación.

5.      Por falta de efectividad, profundidad de análisis e independencia de los Comités de Auditoría, de Prácticas Societarias y de Finanzas y Planeación que no apoyan a su Consejo de Administración.

6.      Por la ocurrencia de pandemias, como la del Covid-19 que afectan la continuidad del negocio, asi como la estabilidad y permanencia en el tiempo de la sociedad.

7.      Por fuertes diferencias entre los accionistas, de cómo la sociedad será dirigida y controlada.

8.      Por fraudes cometidos por los accionistas principales en agravio de los accionistas minoritarios.

9.      Por no identificar, ni saber identificar, administrar y actualizar los riesgos principales de la empresa, principalmente los estratégicos.

10.    Por la falta de Plan Estratégico, que incluya: la definición y actualización constante de su Modelo de negocios, así como de su  Visión y Misión de Negocios. Un Modelo de negocios obsoleto le ocasionará a su empresa fuertes pérdidas netas en sus resultados y/o pérdida de mercado irrecuperables por la necedad en insistir en prácticas de negocios superadas por la competencia.

11.    Por la falta de Actualización Tecnológica y de sistemas para controlar sus operaciones.

12.    Por la ausencia de innovación y desarrollo de nuevos negocios.

13.    Por liquidez y/o capital contable insuficientes para poder operar y crecer. Incluso, llega a haber empresas con un capital contable negativo (debido a pérdidas netas acumuladas mayores al capital social), como resultado de la ocurrencia de algunas de las otras causas mencionadas en esta lista.

14.    Por endeudamiento excesivo, originando  un elevado costo integral de financiamiento, mermando las utilidades netas.

15.    Por la tendencia de numerosos directores generales de administrar “al ahí se va” o por “corazonadas”, por no ser institucionales, sin formalizar y soportar mediante los estudios técnicos correspondientes las decisiones importantes de compras o desinversiones de subsidiarias y actvos fijos importantes.

16.    Por no darles su importancia ni el reconocimiento adecuados a la existencia de los denominados terceros interesados en el buen desempeño, la estabilidad y la permanencia en el tiempo de la sociedad, como son los clientes y proveedores estratégicos, auditores externos, firmas de abogados y asesores, etc.

17.    Por la falta y aplicación de principios éticos y de responsabilidad social empresarial, principalmente con sus clientes y proveedores.

18.    Por la alta dependencia de unos cuantos clientes y proveedores privados y de gobierno, sin buscar nuevas alternativas.

19.    Por no saber asegurar ni planear el abasto de la materia prima e insumos de parte de proveedores confiables nacionales y extranjeros.

20.    Por no saber administrar ni recuperar la cartera de clientes.

21.    Por falta de preparación formal y cálculo de sus proyectos de inversión, que incluya: la tasa de retorno de la inversión (ROI), flujos de efectivo descontados, valor presente neto y tasa interna de rendimiento, originando una deficiente valuación de los mismos y de sus expectativas.

22.    Por seleccionar proyectos de inversión ineficaces e ineficientes que no generan los flujos de efectivo necesarios para recuperar la inversión.

23.    Por falta de seguimiento o post-evaluación a los resultados de los proyectos de inversión Vs. las cifras originalmente planeadas y autorizadas por parte del Consejo de Administración, la Dirección General y de los Comités de Finanzas y Planeación.

24.    Por falta de un adecuado sistema integral de información para controlar sus operaciones y su contabilidad.

25.    Por la falta de capacidad para controlar sus costos y gastos respecto a su competencia.

26.    Por el reforzamiento y alta efectividad de la competencia que le llega a arrebatar a la empresa una fuerte participación de mercado.

27.    Por la llegada al mercado en el que participa, de nuevos competidores nacionales y extranjeros con mejor tecnología, sistemas, productos y servicios, tanto para el caso de los consumidores finales, como para los clientes que pertenecen al sector industrial.

28.    Por no aportar valor agregado actualizado y diferenciado de la competencia a sus clientes, ya sean consumidores finales o empresas industriales.

29.    Por la falta de control de calidad en sus productos y servicios, que origina perder clientes y participación de mercado.

30.    Por no contar con un adecuado sistema de costos, que influye en una deficiente determinación de sus precios de venta.

31.    Por no medir la productividad y no saber establecer los parámetros correspondientes para sus operaciones.

32.    Por no respetar sus propias políticas, procedimientos y parámetros, incluyendo aquellos indicadores a considerar, de a los cuántos meses se debiera cerrar alguna división, subsidiaria, planta o sucursal con pérdidas recurrentes o que son improductivas.

33.    Por ocultar información valiosa y estratégica al Consejo y a sus Comités y a la Dirección General.

34.    Por nombrar o contratar un director general sin capacidad, o por mantener un(os) director(es) estratégico(s) que no aporta(n) valor agregado, sin control de las operaciones y/o sin visión de negocios, incluyendo a los familiares del principal accionista.

35.     Cuando existe una rotación excesiva del director general o de directivos clave.

36.    Por la falta de renovación de su director general, equipo directivo o de un directivo relevante, cuando ya haya(n) cumplido su ciclo con base a lo que demanda el mercado.

37.    Por solo depender o cerrarse a su plantilla interna para nombramientos de directivos clave, sin abrirse al mercado laboral ejecutivo externo, lo cual, origina que se dejen de refrescar y renovar oportunamente las ideas y los proyectos, conforme a lo que el mercado requiere. Tal y como sucede en algunos corporativos del norte de México.

38.    Por no saber compensar a su equipo directivo y gerencial clave, ocasionando su constante rotación y contratación por otra empresa, incluida la competencia, llegando a llevarse consigo ciertos puntos y secretos clave que ponen en riesgo a la empresa.

39.    Por contar en puestos estratégicos a miembros de la familia de los accionistas o de directivos, que no están capacitados y sin la experiencia y/o madurez suficiente, lo cual se da mucho en varias Pymes e incluso en empresas de la BMV.

40.    Por falta de un Auditor Interno y/o Externo debidamente capacitado, con real independencia mental y con visión de negocios que alerten a la empresa de los riesgos principales.

41.    Por la falta de seguimiento de la legislación (incluyendo las fiscales) y de los reglamentos federales, estatales y municipales que puede ocasionar, multas importantes, el cierre o clausura de una empresa, planta, centro de distribución o sucursales.

42.    Por la falta de un plan de transición en las empresas familiares, incluyendo a las Pymes y a las empresas grandes para renovar a sus directivos clave y a su Consejo de Administración.

Conclusiones

Es conveniente realizar un repaso objetivo de las 42 causales anteriores que pueden provocar el fracaso de su empresa, de preferencia con la asesoría de un experto externo para que revise y valide con su Director General, algunos miembros de su Consejo de Administración, su Auditor Externo e Interno, su abogado(s) externo(s) y asesores externos relevantes, para finalmente llegar a un diagnostico empresarial al respecto.

En la medida de que su empresa se encuentre en una mayor cantidad de los supuestos anteriores, estará más expuesta a que fracase, o bien a que observe fuerte disminución en su volumen de operaciones y pérdida de mercado, que se lleguen a reflejar negativamente en sus resultados de operación y en la obtención de flujos de efectivo decrecientes o incluso negativos. 

Colaboracion de:

C.P.C. Ramón Serrano Béjar, 

Lic. en Contaduría por la UNAM. Cuenta con diplomados en Finanzas Corporativo. y en Gobierno Corporativo. por el Tecnológico de Monterrey y el Centro de Excelencia en Gobierno Corporativo.

integrante de la Comisión Técnica de Apoyo al Ejercicio Independiente del Colegio de Contadores Públicos de México, y Consultor Independiente