6 errores cognitivos que todo asesor empresarial debe evitar

​¿Cómo evitar dar consejos errados en nuestro rol como asesores empresariales?
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Errores asesor empresarial




Más de una vez nos hemos topado con la creencia de que si nos fue bien asesorando una empresa, nos va a ir igualmente bien con las demás. Este es un error común, que tiene sus bases en la psicología y que la neurociencia ya tiene codificado. Pero ¿cómo evitar dar consejos errados en nuestro rol como asesores empresariales? En esta oportunidad hablaremos de ello.


Las empresas son la base del éxito económico en una sociedad. La capacidad de crecimiento y expansión organizacional nos permitirá como grupo humano desarrollar dinámicas que nos provean de recursos materiales y monetarios para gozar de una buena calidad de vida. Por esta razón, los asesores empresariales deben tener claro que sus aportes influyen no sólo en la dinámica de la empresa, sino en la estabilidad de sus empleados, clientes y proveedores.


Vamos a conocer los seis errores más evidentes entre los asesores empresariales, según las investigaciones realizadas por la neuroeconomía:


1.   Uso de información desfasada:  Con frecuencia nos anclamos a un reporte, informe o estudio con el cual vamos aplicando la misma fórmula a través de los años, sin tomarnos el tiempo de verificar su vigencia. Un caso muy común en neurociencia es el mito de los tres cerebros, que data de los años 70, pero que muchos asesores gerenciales siguen usando a pesar de ser un modelo en desuso.


2.   Uso de casos de éxito irrelevantes: Con el deseo de ser relevante, muchos asesores hacen uso de casos de éxito que no tienen cabida en el entorno donde quieren aplicar la receta, queriendo incluso forzar el entorno para que encaje en la medida del caso de éxito. Un caso común es el uso de los éxitos en el pasado del diseño de las oficinas de Google, para pretender ajustar los ambientes corporativos, esperando que éxito sea el mismo.


3.   Creencia en una receta única: Si bien es cierto que los asesores se preparan en metodologías de trabajo que facilitan el abordaje a problemas empresariales, es importante reconocer cuándo es momento de flexibilizar para incorporar otras opciones. El apego a ideas preconcebidas y la demostración de éstas al costo que sea, es lo que se conoce como sesgo de confirmación, donde validamos solamente aquello en lo que creemos, sin abrirnos a buscar opciones adicionales.


4.   Impacto de hechos recientes: Cuando tenemos alguna vivencia que nos impacta, tendemos a usarla como base para hacer recomendaciones, e incluso lo utilizamos para tomar decisiones. Hace un tiempo me tocó observar la tozudez de un asesor ante la crítica de un cliente por la calidad de su servicio, donde su mayor reflexión fue asociar este hecho con la vivencia de Steve Jobs al ser expulsado de su propia empresa. Privarnos de la crítica pone en jaque nuestra reputación profesional.


5.   Exageración de hechos fortuitos: De la misma manera como existe una sobreconfianza en las recomendaciones, también existe la tendencia a quedarnos pegados ante los hechos que remotamente pudieran suceder y cuyas previsiones las tomamos desde la idea de que son frecuentes. Un caso que podemos observar claramente está en los sistemas de seguridad de los aeropuertos, que a partir de un solo hecho aislado han implementado procesos costosos en tiempo y recursos, manteniéndose sin ajustes ni revisiones por décadas.


6.   Coherencia con el pasado: Con frecuencia acostumbramos a darle continuidad a recomendaciones ineficientes o inefectivas, no porque sean adecuadas ni coherentes, sino porque en el pasado lo hicimos así y el costo de actualizarnos nos resulta muy alto cognitivamente. Un ejemplo común se observa en quienes sugieren tecnología desactualizada o proponen procesos manuales en lugar de abrazar la innovación y abrirse a nuevas formas de hacerlo (más rápido o con menos errores).


De la misma manera como nos resultaría seguir modas empresariales que no nos llevan a ningún lugar, está el apego a formas de trabajar que ya no agregan valor en los espacios en los cuales servimos. Por ello es importante reconocer en estos seis errores, la potencial amenaza a nuestra calidad de servicio como asesores empresariales, que puede convertirse en pérdidas irreparables para nuestros clientes.



Colaboracion de:

 Joselyn Quintero

Especialista en Neurofinanzas

http://www.joselynquintero.com

https://www.linkedin.com/in/joselynquintero

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