​Home office, la nueva modalidad de las empresas

En 2020 el mundo sufrió una transformación sin precedentes. La realidad internacional tuvo que adecuarse a las condiciones sanitarias y de operación necesarias para evitar contagios y muertes por COVID-19. Los cambios ocurrieron a nivel global y las empresas no son la excepción; gracias a esto dimos paso al llamado home office. Hoy tanto las empresas como los empleados han tenido que adaptarse a esta nueva forma de trabajo.

En este cambio de paradigma, la adaptación es clave para salir adelante. Antes de la pandemia, las empresas controlaban los resultados de sus empleados por medio de las horas que pasaban en el lugar de trabajo; hoy esa práctica ha quedado obsoleta. 

Ahora, las empresas están migrando a nuevos esquemas de trabajo en los cuales resulta innecesario un espacio laboral, pues la mayoría de los empleados ya no se concentran físicamente en las oficinas. Para los empresarios esta es una buena noticia en términos de gastos. Por lo que respecta a los colaboradores, se benefician en ahorro de tiempo y recursos invertidos en traslados de ida y vuelta, lo que significa una mejor administración de su tiempo.

Si bien el home office ha modificado el estilo de trabajo y ha dado ciertas ventajas a empresas y trabajadores, tambien ha puesto en jaque a más de uno, ya que cada persona debe adaptarse a sus posibilidades, habilidades, espacios y voluntades para realizar sus obligaciones. Antes los trabajadores estaban concentrados en un espacio y hoy los lugares donde laboran son totalmente desconocidos. Se ha perdido un poco el control de las actividades, pero sin duda también se ha hecho un uso más eficiente de los recursos; sobre todo, del tiempo de los colaboradores.

En esta nueva normalidad operativa, es necesario contar con una agenda de trabajo. Dicha agenda debe contener los objetivos claros y claves que deben cumplirse para que la empresa avance y que las acciones conjuntas nos lleven al éxito.

Una de las dificultades más recurrentes en las empresas es la ejecución, ya que con el home office no es posible visualizar qué hace cada uno de los trabajadores. Esta modalidad de trabajo tiene el beneficio/inconveniente de que cada quien realiza sus labores de acuerdo con sus tiempos y estrategias. El desempeño de las personas varía entre perspectivas, ya que puede ser justo o injusto, valorado, sobrevalorado o subvaluado, según el punto de vista desde donde se evalúe.

Los puestos de trabajo tambien han cambiado y han tenido que adaptarse a las nuevas reglas de operación. El líder, el jefe, el supervisor y los miembros de los equipos han tenido que ajustarse a las nuevas dinámicas de trabajo, dado que la forma de interactuar y organizarse es diferente. La tecnología es una gran aliada para realizar estas actividades, pues existen plataformas que ayudan a tener control sobre lo que se hace y cómo se hace.

Si bien las empresas han tenido que adecuarse a la nueva modalidad, los colaboradores también sufrieron cambios en su vida tanto personal como profesional. Cada trabajador tiene distintas situaciones que pueden complicar su operación. Si bien es cierto que la empresa espera resultados, también debe ser consciente de que los horarios pueden mezclarse con otros componentes de su vida, lo cual puede provocar pérdida de foco, prioridades, ejecución, resultados, etcétera. 

Para las empresas el esquema de home office está resultando complicado. Aunque es verdad que ha traído ciertos beneficios, también ha causado problemas, en especial la mezcla de las diferentes esferas de vida que produce distracción, disgustos y hasta deterioro de salud, ansiedad, fluctuaciones de estado de ánimo e incertidumbre. 

El colaborador tiene su vida personal y profesional en el mismo entorno, con la consecuente pérdida de privacidad. Hasta cierto punto se enfrenta a tener que adaptar su vida, funciones, tiempos y responsabilidades para que empaten con los requerimientos de su trabajo. 

Es importante que las empresas, empresarios y colaboradores trabajen de la mano y realicen su mejor esfuerzo para sacar adelante al país. Estamos viviendo un momento de coyuntura en el cual cada esfuerzo arrojará un beneficio. Si bien la adaptación ha sido forzosa, debemos estar conscientes de que nada volverá a ser lo que conocimos. Es importante que cada uno ofrezcamos nuestro mejor trabajo, porque de esto depende que las compañías sigan operando, que existan empleos y que la economía de México salga adelante. 

Colaboracion de:

Claudio Kandel

Director de DISI operaciones, ha sido, director de productos financieros en Banco Azteca, director de riesgo de crédito y director de operaciones en HSBC, gerente de marca de "Western Union: Dinero en Minutos" en Elektra, entre otros. Cuenta con amplia experiencia en el sector financiero, tanto en México como en el mundo.